16 mar 2009
Con las elecciones en el estómago
Ya se definió el panorama, creo que más que establecer el fin de algo, es el principio de un nuevo ciclo en el país... como le decía a algunos/as amigos/as: no se imaginan cuánto lo esperamos... o quizás sí..., pero aquí adentro del cuerpo se siente una eternidad... lo increíble es que llegó, que vimos, fuimos testigos y parte de este proceso y sus resultados.
Y sí, es el fin de un ciclo de gobernantes claramente enfocados al desarrollo económico del país, ahora inicia el que se espera: un desarrollo integral... para todos y todas, es la expectativa, es en lo que se cree.
Es el fin de la campaña electoral que como siempre nos deja cansados/as... por lo menos a mí... me dejó con las ideas en la cabeza de cómo hubiera sido menos repulsivo el maltrato y agresión de unos/as a otros/as, si es que maltratar y agredir puede ser en alguna medida menos repulsivo... todos los espacios relacionados a las elecciones, previas, durante y post elecciones demostraron un alto nivel de violencia contenida y expulsada de la manera más desagradable, en ambos lados... eso es lo que tenemos que superar, yo creo que un gobierno interesado en todos sus ciudadanos y ciudadanas por igual y más sensible a sus necesidades que a las necesidades empresariales en exclusiva va a generar mejores espacios de convivencia, también es lo que espero. En el discurso del presidente electo en estas elecciones de marzo del 2009 las palabras tolerancia y unidad me regalaron la tranquilidad que necesitaba en esta etapa... para lo que viene, ya veremos si continúa la tranquilidad o vuelve la tensión.
La crisis de la cual tanto se habla requiere de personas capaces y que pongan todo su esfuerzo en disminuir su impacto en la sociedad salvadoreña, requiere de mucho trabajo para involucrar a todos los sectores de la sociedad que será y es la impactada con dicha crisis, incluída la crisis que ya venimos cargando por el sistema económico establecido en el país.
El experimento al que se le teme, creo que está nivelado con una serie de protagonistas capaces en sus áreas, así empezaron también los 20 años anteriores, como un experimento cuyas deudas y ganancias están claras de quiénes y cómo las estamos cargando... los modelos están siempre en experimento mientras el mundo siga cambiando... yo creo que las piezas están bien seleccionadas, la capacidad de ir respondiendo a los cambios marcará el ritmo, y de la ciudadanía depende que esté atenta a identificar cuando no se responda efectivamente a esos cambios... y esa ciudadanía debe comprometerse, debemos comprometernos a este otro esfuerzo, así como nos unimos a sacar adelante diariamente nuestros proyectos, en medio del modelo económico que nos tocó asumir... ahora elegimos uno nuevo. Un nuevo proyecto que habrá que apoyar, cuestionar y dirigir en conjunto.
El tiempo... pues con el tiempo, yo asumo esa expresión de "nunca es tarde para cambiar". Nunca es tarde para reivindicar luchas, luchas que respondieron y responden a cada uno de sus momentos, la lucha de este momento está en la mesa: integrarnos a los cambios sin volver más vulnerables a quienes lo están, responder a las necesidades de todos los sectores del país y desarrollar integralmente a El Salvador para que sea un país sostenible, viable, humano, etc...
Hace unos pocos días tuve la oportunidad, porque me la dediqué, de visitar nuevamente el espacio de los mártires de la UCA... quien nos daba el tour era un joven estudiante, no solo me emocionaba ver que un joven cuyo momento no coincidió con esa realidad que nos contaba e ilustraba en el recorrido por el centro Monseñor Romero, podía apasionarse de tal manera y con tanta intensidad que nos hizo revivir cada momento, cada vida... pero lo que siempre me llamó la atención de sus explicaciones es que siempre hablaba de lo histórico, de lo que representaba cada pieza del museo, cada espacio, cada vida... y él siempre regresaba a un punto: la esperanza. La esperanza que se mostraba en las pinturas de la capilla, del museo, del jardín... La esperanza de revivir los momentos más duros de nuestra historia para que nunca vuelvan a pasar, la esperanza de llegar a construir un mundo donde no solo se le facilita la vida a un par de personas, sino que una esperanza basada en sus realidades, en cambios concretos y esa esperanza creo que es la que nos llena el desayuno de este 16 de marzo, donde el país ha decidido y lo que se espera deberá concretarse poco a poco...
Buen provecho!
Y sí, es el fin de un ciclo de gobernantes claramente enfocados al desarrollo económico del país, ahora inicia el que se espera: un desarrollo integral... para todos y todas, es la expectativa, es en lo que se cree.
Es el fin de la campaña electoral que como siempre nos deja cansados/as... por lo menos a mí... me dejó con las ideas en la cabeza de cómo hubiera sido menos repulsivo el maltrato y agresión de unos/as a otros/as, si es que maltratar y agredir puede ser en alguna medida menos repulsivo... todos los espacios relacionados a las elecciones, previas, durante y post elecciones demostraron un alto nivel de violencia contenida y expulsada de la manera más desagradable, en ambos lados... eso es lo que tenemos que superar, yo creo que un gobierno interesado en todos sus ciudadanos y ciudadanas por igual y más sensible a sus necesidades que a las necesidades empresariales en exclusiva va a generar mejores espacios de convivencia, también es lo que espero. En el discurso del presidente electo en estas elecciones de marzo del 2009 las palabras tolerancia y unidad me regalaron la tranquilidad que necesitaba en esta etapa... para lo que viene, ya veremos si continúa la tranquilidad o vuelve la tensión.
La crisis de la cual tanto se habla requiere de personas capaces y que pongan todo su esfuerzo en disminuir su impacto en la sociedad salvadoreña, requiere de mucho trabajo para involucrar a todos los sectores de la sociedad que será y es la impactada con dicha crisis, incluída la crisis que ya venimos cargando por el sistema económico establecido en el país.
El experimento al que se le teme, creo que está nivelado con una serie de protagonistas capaces en sus áreas, así empezaron también los 20 años anteriores, como un experimento cuyas deudas y ganancias están claras de quiénes y cómo las estamos cargando... los modelos están siempre en experimento mientras el mundo siga cambiando... yo creo que las piezas están bien seleccionadas, la capacidad de ir respondiendo a los cambios marcará el ritmo, y de la ciudadanía depende que esté atenta a identificar cuando no se responda efectivamente a esos cambios... y esa ciudadanía debe comprometerse, debemos comprometernos a este otro esfuerzo, así como nos unimos a sacar adelante diariamente nuestros proyectos, en medio del modelo económico que nos tocó asumir... ahora elegimos uno nuevo. Un nuevo proyecto que habrá que apoyar, cuestionar y dirigir en conjunto.
El tiempo... pues con el tiempo, yo asumo esa expresión de "nunca es tarde para cambiar". Nunca es tarde para reivindicar luchas, luchas que respondieron y responden a cada uno de sus momentos, la lucha de este momento está en la mesa: integrarnos a los cambios sin volver más vulnerables a quienes lo están, responder a las necesidades de todos los sectores del país y desarrollar integralmente a El Salvador para que sea un país sostenible, viable, humano, etc...
Hace unos pocos días tuve la oportunidad, porque me la dediqué, de visitar nuevamente el espacio de los mártires de la UCA... quien nos daba el tour era un joven estudiante, no solo me emocionaba ver que un joven cuyo momento no coincidió con esa realidad que nos contaba e ilustraba en el recorrido por el centro Monseñor Romero, podía apasionarse de tal manera y con tanta intensidad que nos hizo revivir cada momento, cada vida... pero lo que siempre me llamó la atención de sus explicaciones es que siempre hablaba de lo histórico, de lo que representaba cada pieza del museo, cada espacio, cada vida... y él siempre regresaba a un punto: la esperanza. La esperanza que se mostraba en las pinturas de la capilla, del museo, del jardín... La esperanza de revivir los momentos más duros de nuestra historia para que nunca vuelvan a pasar, la esperanza de llegar a construir un mundo donde no solo se le facilita la vida a un par de personas, sino que una esperanza basada en sus realidades, en cambios concretos y esa esperanza creo que es la que nos llena el desayuno de este 16 de marzo, donde el país ha decidido y lo que se espera deberá concretarse poco a poco...
Buen provecho!
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Mis reflexiones
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